No hagas suposiciones

La tercera entrega de nuestra serie dedicada a los consejos prácticos para acercarnos a la felicidad y al amor, nos trae la recomendación de no hacer suposiciones.

El no hacer suposiciones es un consejo que dan en las escuelas de negocios que desarrollan el estudio de casos. El convertir este consejo en un hábito adquirido, se lo debemos a la formación recibida en Barna Managment School. Cuando se estudian los casos, la primera instrucción recibida es identificar en los mismos los hechos y descartar las suposiciones de los actores, para poder analizar los hechos en sí con más claridad.

Este consejo vale para la vida en general, porque lo más fácil es suponer y desarrollar en la mente toda una situación imaginaria que justifica o da sentido a los hechos de los cuales somos testigos.

Al suponer lo que hacemos, la realidad es justamente hacer personal hechos que no lo son. Si nos dejamos llevar de las suposiciones, las actuaciones dan respuesta a lo que hemos imaginado y no a realidad revelada en los hechos.

Cuando tenemos que tomar alguna decisión para resolver alguna situación, lo primero es identificar adecuadamente los hechos, despejándolos de suposiciones y prejuicios. Ante hechos concretos, podemos valorar alternativas, contrarrestarlas con nuestros criterios y tomar una decisión mejor fundamentada. Quizás esa decisión que tomemos no tenga los resultados esperados, pero al menos fue la mejor decisión que pudimos tomar y a la más coherente con nuestros valores y objetivos. El resultado de nuestras acciones no alterará la paz interna, porque habrán reflejado lo mejor que pudimos hacer.

Otro fruto de la puesta en práctica de este consejo es que se mejora la comunicación entre las personas relacionadas, porque preguntamos más, nos preocupamos por informarnos mejor e interactuar con el otro para saber que siente, que piensa, que hace, en lugar de suponerlo.

«La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!” (Mateo 6, 22-23).

Por: Ofar abogados.