El país nipón registra el mayor número de empresas familiares longevas de la historia. En momentos de desastres naturales y vicisitudes, estas compañías han de desempeñar un papel fundamental en la reconstrucción de buena parte del Estado.
Ya desde hace algunos años, he venido concentrando mis estudios e investigaciones en las empresas familiares longevas, empresas familiares centenarias o dinastías familiares empresariales, algunas con más de 200 años de existencia y que siguen siendo controladas por los descendientes del fundador. Si vemos el panorama general en el mundo, este tipo de empresas son la gran minoría.
Japón se caracteriza por tener el mayor número de empresas familiares de este tipo. País en el que se han contabilizado por lo menos 21 empresas con más de 1.000 años de existencia, 150 empresas con más de 500 años, algo menos de 2.000 empresas con más de 300 años y alrededor de 4.000 con más de 200 años, muy por encima de las cifras en Alemania (856), Países Bajos (240) y Austria (167), entre otros (Toshio Goto 2006).
Cabe destacar que el 97% siguen manteniéndose como empresas familiares aportando casi el 80% de los empleos de tiempo completo en el archipiélago nipón. El promedio de vida que mantienen las empresas familiares japonesas es de 52 años, casi el doble del promedio de las de EE. UU. y en otros países del mundo, donde es de tan solo 24 años.
Algunos estudios destacan una serie de factores transversales comunes que han permitido su continuidad por largos periodos de tiempo, entre estos cabe mencionar:
- Unidad familiar como factor de cohesión y visión estratégica de largo plazo.
- Un alto porcentaje se ubican en sectores donde se prestan servicios o se fabrican productos de “necesidad básica”, en sectores bastante estables de la economía.
- Durante muchas generaciones ha prevalecido el manejo de la herencia en cabeza del primogénito, a pesar de que en algunos casos han permitido a otro miembro de la familia tomar el liderazgo si es la persona más adecuada en el manejo empresarial.
- Emprendimiento, muchas de estas empresas manejan un factor de adaptabilidad a los cambios del entorno, permitiendo a través de nuevos emprendimientos continuar con el legado familiar, manteniendo una especie de equilibrio entre los factores tradicionales de la cultura y la innovación.
- Compromiso de los miembros de la familia con la empresa, entendiéndolo como una enorme responsabilidad con la sociedad, sus empleados, sus clientes y el país en general. Para los japoneses, estas empresas longevas son fuente de orgullo nacional.
- La resolución de conflictos ha demostrado tener un papel preponderante en la historia de estas familias; en el conflicto ven una cara de crisis y otra de oportunidad.
- Un sistema de gobierno familiar muy robusto y estructurado, que permite la planificación minuciosa en un documento elaborado.
Emprendimiento
Si bien una de las problemáticas de las empresas familiares longevas radica en que la gerencia se mantiene en cabeza de una persona por periodos más largos y que en teoría aplican estilos conservadores de gestión, sacrificando elementos de innovación, en las japonesas se impulsa el emprendimiento de las nuevas generaciones y se propende por la adaptación a las nuevas realidades del entorno económico.
Hoy en día me atrevería a decir que el ritmo de cambio que requiere toda organización sea o no familiar es más acelerado que en décadas pasadas. Las crisis de los últimos años han cobrado algunas víctimas, incluyendo también a la Kongo Gumi, la que fuera la empresa familiar más antigua del mundo de origen japonés, con más de 1.400 años de existencia. Llegó a tener miembros de la familia que la dirigieron por más de 40 generaciones.
Compromiso con su país
Otro de los elementos fundamentales que denotan la mayoría de los estudios sobre la longevidad de estas empresas es la dimensión espiritual, lo que llamo yo, el capital espiritual. Sin duda alguna en la filosofía japonesa, el deber y la obligación de los empresarios con su país, su pueblo, su comunidad y su religión son elementos críticos y fundamentales de la generación de ese compromiso con el legado familiar.
Estas empresas cuentan con varios elementos dignos de admiración y de ser incorporados hoy más que nunca en las constituciones familiares de nuestros empresarios, como el respeto y la devoción a la generación mayor, la planificación para la longevidad y continuidad del negocio a muy largo plazo, la armonía familiar, la paciencia como elemento diferenciador (no solo refiriéndose al capital paciente), con la filosofía de retirar los primeros dividendos después de los primeros 20 años, la beneficencia discreta y, probablemente el elemento que más me llama la atención, la evocación de las antiguas generaciones o a los ancestros, solicitando su bendición desde el más allá y, sobre todo, el ejercicio que han hecho para proyectar la familia, la empresa y el país hacia las nuevas generaciones.
Como en la mayoría de las economías del mundo las empresas familiares japonesas representan un enorme porcentaje de su tejido empresarial y probablemente son las mayores generadoras de nuevos empleos, veremos posiblemente cómo la nación japonesa resurge con una mayor fuerza a pesar de sus vicisitudes y a pesar de los desastres naturales, por lo que es muy importante ver cuál ha de ser el papel que juegan las empresas familiares en esta tarea de reconstrucción de una parte importante del país.
Autor: Raul Serebrenik