La coherencia es una cualidad personal por la que el sujeto actúa en forma lógica y consecuente con sus ideas, principios y valores, es decir que hay una relación lógica entre lo que se piensa, se expresa y se actúa. La coherencia es una actitud que se refleja en el comportamiento.
Un comportamiento coherente es el resultado de un proceso integral, honesto y auténtico de relación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Es así como en las organizaciones y empresas, entre compañeros de trabajo y quienes lideran equipos, deben mantenerse firme en sus valores: decir y hacer lo que creemos y creer lo que decimos y hacemos. La coherencia es el valor que permite articular la teoría con la práctica, la “predicación” con la “aplicación”.
La persona coherente es confiable y permite que, en su ámbito de trabajo, no solo le crean, sino que confíen en sus capacidades y la manera como las desarrolla para el bien de la organización. Generalmente una persona coherente puede estructurar qué camino seguir, y tomar las decisiones acertadas.
La coherencia es un elemento fundamental para que el líder en una organización resulte creíble, íntegro y estimule sin esfuerzos adicionales al equipo a imitarle.
Sin embargo, fomentar la coherencia en el lugar de trabajo puede convertirse en todo un desafío. Según el artículo escrito por Erin Schreiner, hay una serie de razones por las que la coherencia es una meta hacia la que se debe trabajar. Por eso hay que tomarlas en cuenta para determinar cuánto esfuerzo se quiere dedicar para establecer este principio dentro del espacio de su empresa.
Aspecto de organización
Los lugares de trabajo en los que hay presente coherencia parecen mejor organizados que aquellos en los que las cosas cambian constantemente. Por ejemplo, si tienes un método coherente para que sus empleados apliquen como registrar la finalización de un trabajo o requerir tiempo, libre les parecerá que tiene más control sobre la empresa. Este aspecto de la organización puede hacer que los empleados piensen mejor de la empresa y les permite sentir que la empresa es más estable.
Aumento en el nivel de comodidad
Cuando las prácticas y procedimientos son coherentes, su lugar de trabajo probablemente parezca menos caótico y más bajo control. Mediante la creación de un entorno coherente, puede ayudar tanto a sus trabajadores como a sus clientes a sentirse cómodos en el lugar de trabajo.
Niveles más altos de productividad
Cuando las cosas están cambiando constantemente, los empleados deben dedicar tiempo destinado al cumplimiento de sus obligaciones laborales a aprender estas nuevas políticas y procedimientos. Al hacer las cosas coherentes, sus empleados pueden dedicar más de su tiempo a la realización de sus tareas laborales reales, lo que probablemente lleve a un aumento de la productividad.
Aumento en la comprensión de los empleados
Mantenerse al día con políticas y procedimientos en constante cambio puede ser mentalmente agotador. Si crea un plan consistente para su lugar de trabajo y se desvía muy poco de ese plan, es más fácil para los empleados comprender las tareas que corresponden a sus puestos de trabajo, así como sus expectativas frente a ellos.