Hay muchos puntos críticos que abordar al momento de analizar una situación en la que padres e hijos trabajen en la misma empresa. A continuación, ofrecemos tres consejos prácticos, que nacen de nuestra experiencia asesorando empresas en las cuales padres e hijos laboran o han laborado juntos.
1. Identificar el deber y el querer del hijo: En ocasiones los padres ejercen una presión en los hijos para que trabajen en el negocio familiar; parte de la crianza se convierte en inculcar al hijo el deber de trabajar con el padre. Sugerimos el diálogo abierto entre padres e hijos, donde se comuniquen sus expectativas, para juntos encontrar un equilibrio entre el deber y el querer, que les permita a ambos perseguir sus metas personales.
2. Cuide las emociones: La familia corre el riesgo de arrastrar a la discusión, emociones que no tienen su origen en el problema laboral a resolver y viceversa. Existe un alto riesgo de mezclar la vida familiar y la laboral, afectándose mutuamente. Aunque este consejo aplica para la vida misma y para todos, en el caso de una misma empresa familiar es esencial que se cuiden las emociones, para que sus palabras y sus acciones sean prudentes y no desaten agravios que pongan en riesgo tanto la unión familiar como el rendimiento de la misma empresa.
3. Definición de la Empresa: El padre que ha fundado una empresa familiar y la ha desarrollado exitosamente, en ocasiones puede encontrarse adverso a ciertos cambios que los hijos advierten como necesarios. Estos temas son delicados entre padres e hijos porque pueden verse sesgados por la familiaridad y confianza, y no darle a estos temas la objetividad profesional que se requiere para determinar si realmente son convenientes para la empresa.