Uno de los escándalos más grandes de la industria automotriz. Un modelo de automóvil que parecía ser el predecesor al auto eléctrico de hoy en día resulta ser que ha sido una de las maquinas más contaminantes que haya pisado la faz de la tierra.
Fueron medio millón de automóviles vendidos en los Estados Unidos con una promesa falsa. Pero eso no fue lo grave.
Lo grave fue la campaña de mercadeo que lo acompaño, el engaño a los consumidores y después todo lo que hizo la empresa para cubrir las mentiras y la corrupción que al parecer llegó a su CEO.
En septiembre de 2015 salió a la luz que Volkswagen había instalado ilegalmente un software para alterar los resultados de los controles técnicos de emisiones contaminantes en 11 millones de automóviles con motor diésel, vendidos mundialmente entre 2009 y 2015.
Como resultado de este fraude, sus motores habían superado con éxito los estándares de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Los vehículos implicados emiten en condiciones reales (carretera y en uso normal) hasta 40 veces o más el límite legal de óxidos de nitrógeno (NOx).
El NOx puede causar graves daños a la salud humana, incluidas las enfermedades respiratorias. También es responsable del smog y la típica nube marrón que cubre ciudades más grandes y produce una mala calidad del aire. Las emisiones contribuyen a la lluvia ácida y a la formación de ozono a nivel del suelo que puede dañar los ecosistemas, la vida animal y vegetal.
Una recopilación de testimonios y entrevistas narran este documental que nos recuerda que no todo lo que brilla es oro. Y de pronto cuando una empresa nos muestra algo demasiado bueno para ser verdad, es porque probablemente lo sea.
Una buena inmersión en la corrupción corporativa y todas sus ramificaciones legales en Europa y en los Estados Unidos.
Disponible en Netflix.