Mucho antes de que la gran mayoría de las películas de Hollywood fueran de superhéroes o del fin del mundo o virus que acaban con la humanidad, había una vez donde las películas de la meca del cine norteamericano tenían algo que muy pocos tienen ahora…
Introspección.
Esta película ganadora de 5 premios Oscar en 1979, protagonizada por Meryl Streep y Dustin Hoffman es tildada por muchos (con mala memoria) como una película de divorcio. No lo es. Es una película de custodia.
La película empieza con Joanna Kramer empacando sus cosas para abandonar a su hijo y a su marido Ted Kramer. Diciendo que “se necesita encontrar” (una vez una mujer con una promisoria carrera ahora reducida a la sombra del éxito profesional de su marido), se va de la casa, dejando que Ted aprenda a ocupar su lugar con el cuidado del niño.
Al principio es difícil, pues Ted pasaba demasiado tiempo en la oficina trabajando. Pero poco a poco, va encontrando el ritmo y se va reencontrando con su hijo. Hasta que Joanna vuelve, ya más estable económicamente con un buen trabajo… pidiendo la custodia de su hijo.
Es una película que además de tratar las situaciones tremendamente incomodas al solicitar la custodia de un hijo, se trata de el equilibrio tan delgado que hay entre la vida profesional y la vida personal. Se trata del amor hacía un hijo.
Se trata de decisiones y sacrificios.
Disponible en Amazon Prime