The Coddling of the American Mind tiene dos coautores, Greg Lukianoff, abogado, que actualmente es el presidente de la Fundación para los Derechos Individuales en la Educación. Lukianoff estudió en las universidades de Standford y American University. El otro coautor es Jonathan David Haidt, quien es un psicólogo social estadounidense, profesor de Liderazgo Ético en la Universidad de Nueva York. Su investigación se centra en la psicología de la moralidad y de las emociones morales. Haidt estudió en las universidades de Yale y Pennsylvania
El título del libro me cautivó y motivó inmediatamente a comprarlo y leerlo; este es uno de los libros más notables del 2018, según la lista publicada por The New York Times.
Me resultó fascinante porque hace un análisis de la compleja situación que afecta hoy la educación universitaria, especialmente por las tendencias que empiezan a evidenciarse a partir del 2013.
Los autores parten del análisis de tres principios sicológicos, que son: (i) los jóvenes no son débiles; (ii) todos tenemos una tendencia al razonamiento emocional y prejuicioso y (iii) todos tendemos a un sentido de pertenencia grupal (tribal), identificarnos con un grupo (una tribu).
A lo largo del libro desarrollan la forma sabia de fomentar estos principios sicológicos y el efecto que tiene la forma falaz de implementarlos, evidenciando con casos reales y públicos como uno y otro influyen en la realidad universitaria de Estados Unidos hoy.
El subtítulo del libro evidencia el contenido al declarar “How Good Intentions and Bad Ideas are Setting up a Generation for Failure”, que en español significa como las buenas intenciones y las malas ideas están formando a una generación para el fracaso.
Al final, el libro entra en profundidad sobre la aplicación sabia y distorsionada de estos principios, que se resumen en estas dos columnas:
El libro aborda los temas arriba explicados en cuatro partes:
I. La primera parte explica los tres principios sicológicos citados y como recientes prácticas y políticas universitarias promueven las distorsiones de los mismos.
II. La segunda parte profundiza en las consecuencias de cuando los jóvenes y las universidades asumen y ponen en práctica los principios de forma equivocada.
III. La tercera parte hace una reflexión sobre la complejidad de la situación actual e intenta identificar los orígenes de las distorsiones, llevando a gente muy bien intencionada a tomar malas decisiones.
IV. Por último, ofrecen consejos prácticos a padres y educadores para que fomenten la implementación sabía de los principios expuestos.
Recomendamos el libro especialmente para todo aquel que tenga hijos o nietos que han nacido a partir del 1995, es decir que tienen descendientes que están actualmente en el transcurso de su educación escolar o universitaria, encontrarán útil el libro. Además, a los educadores y profesionales vinculados a las escuelas y universidades, porque asiste en la comprensión de situaciones que aún son analizadas desde la realidad estadounidense, pueden parcialmente aplicarse a la realidad dominicana.
Por Ana Judith Alma
